Cuando salí de Cuba (I)

Cuando salí de Cuba lo hice por amor. Si miles  de cubanos buscan una mejor vida en materia económica o no aguantaron más el Granma y el picadillo de la libreta yo sali a estar con mi novia.  La primera señal de que había salido de Cuba fueron las luces. Camagüey o La Habana desde el cielo y de noche son un candil, de esos que hacía mi madre con un tubo de pasta  en el periodo especial, comparado con la luces de la ciudad de Lima o de la docta Córdoba que me recibió con menos de 5 grados.

Luces, muchas luces y yo pensando: aquí no hay ahorro  ni grupos electrógenos. La llegada y el primer día fue como si hubiera soñado literalmente. Luego de 24 horas sin dormir no noté las diferencias. Al día siguiente comencé a darme cuenta que no estaba en Camagüey.

Prendí el TV y no había Mesa Redonda ni NTV, podía elegir entre CNN, Telesur o lo que me diera la gana. Siempre pensé que cuando saliera a la calle iba a estar asombrado por todo(edificios, tecnología y desarrollo) y la verdad es que asumí el cambio con una naturalidad que hasta yo me asombré.

Cuando salí de Cuba pasé de pensar en como conseguir y combinar el potaje, arroz y la carne de cerdo y el pollo a pensar y romperme la cabeza(en el buen sentido) en que podemos cocinar con mi novia para no repetir la comida de la semana. En 8 meses nunca volví a comer nada igual a Cuba.

Tres años pasé soñando con tener internet. Yo, un animal digital y conectado, anhelaba sumergirme sin miseria ni límites de pestañas abiertas, velocidad, flash ni de ningún tipo en la web. Coño navegar de verdad como hacen miles de millones de personas en el mundo. Poder ver un video fue una delicia. Me sentí pleno navegando sin límites ni restricciones. Esas clases y lecturas puramente teóricas en la facultad por fin pudieron concretarse y completarse.

Pero lo que sí me hizo el hombre más feliz(con la mayor ingenuidad lo digo) es no tener un funcionario del partido, dirigente o profesor regañandome, amenazandome o llamandome apara «conversar» sobre algo que escribí. Ya nadie me podrá «quitar» el acceso a la red. Por primera vez en mi vida he sentido plena libertad.

Aparte de esas cuestiones que afectan a todos los cubanos y que me tocaba bien cerca por amar el periodismo y no eso que se hace en cuba lo que me dio esperanza y me hizo pensar en un futuro mejor es  estar lejos de toda la propaganda y poder percatarme por mi mismo de como esta Cuba.

En Argentina, país que me ha acogido generosa y cariñosamente como hace con todos los emigrantes (posiblemente uno de los pocos países en el mundo tan abierto en ese tema) hay varias diferencias que me han hecho darme cuenta de que Cuba está en el siglo XX  todavía y ni tan siquiera en los finales sino en la primera mitad:

– Existe Salud  y Educación gratis:  Las escuelas y hospitales públicos están disponibles (y mejor equipados en muchas ocasiones ) a cualquiera como mismo están las privadas. Libertad de elegir.

– Existe una Ley que no permite enjuiciar a los periodistas.Libertad de prensa.

– Existen cientos de medios de prensa entre revistas, diarios, canales y radios en todos el país. Solo en la ciudad en que vivo y en la cual solo viven cerca de 40 mil habitantes hay más de 6 radios, 3 periódicos, un canal de TV y ninguno es del gobierno, aparte de sitios web y folletos independientes.Libertad de prensa.

– Los sindicatos son una poderosa fuerza que lucha y consigue importantes mejoras para sus obreros: aumentos de salarios anuales, indemnización por despido, pago de obras sociales para atención médica. Sociedad Civil.

– Existen numerosos partidos y agrupaciones políticas en todo el país. Libertad política.

– Para los argentinos la música cubana comprende a Gloria Estefan, Celia Cruz y Buena Vista Social Club y Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. No pueden entender que en Cuba nunca se escuchó a Celia o a Gloria en ningún medio oficial, siendo nuestras cantantes más famosas a nivel mundial en la historia.

– Para los argentinos los cubanos somo negros bailarines y musculosos.La sorpresa al ver a un blanquito  y periodista es mayúscula.

– Todos se asombran cuando digo que estudié periodismo. ¿Eso existe en Cuba? Es la pregunta demoledora que me hacen todos.

– La información que se conoce de Cuba muchas veces no proviene de sitios de la isla. La mayoría de los artículos sobre Cuba que tienen éxito en internet lo realizan empresas o personas fuera de Cuba. Muchas veces la información es incorrecta o incompleta.

– Lo que sí lastimó mi orgullo es que para muchos en Cuba no hay jabón, ni lapiceros. Muchos en conversaciones me dicen que ellos llevan lapiceros y jabones para «ayudar».

– Todos conocen a Fidel y todos preguntan ¿ está vivo? ¿Cómo ustedes aguantaron más de 50?

8 comentarios en “Cuando salí de Cuba (I)

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  2. Pingback: Conversando con… desde otro punto de vista | Bitácoras Cubanas

  3. Negra mi post no es para demostrar que Argentina es superior a Cuba, mi post es una esperanza para que en Cuba algún día se llegue a tener lo mismo que ahora disfruto aquí. Pero para complacerte: te repito que la eduación es gratis (el que no estudia es porque no quiere) Alfabetización: Argentina 98,9% Cuba % Tasa de trabajo infantil: Argentina 2,2% Cuba %

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  4. Me parece un artículo lleno de amor por Cuba, de honestidad y de nostalgia también. Todos los que hemos podido compartir la experiencia de viajar y regresar luego a Cuba nos hemos sentidos descolocados en el siglo XXI. Comparto sus visiones 100%.

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